18 de junio de 2010

ADIOS A JOSÉ SARAMAGO

Adoro los escritores que se mezclan con el mundo que los rodea, que tienen el coraje de criticar, de ponerse de una parte y defender una posición. Me gustan porque yo soy así, soy de parte, aunque a veces como ex aspirante a periodista tendría que recordarme qué cosa es la imparcialidad.

Saramago entre otras cosas había criticado al premier italiano Silvio Berlusconi, y fue así que la editorial Enaudi, anunció que no publicaría los escritos del blog de Saramago. También había comentado las acciones hebraicas de hoy en día como privas de memoria con respecto a la terrible tragedia del holocausto y por ello había sido acusado de antisemitismo. Auto declarado ateo, las duras críticas a su manera de ver la iglesia católica portuguesa lo impulsaron a abandonar el país.



Les dejo un breve resumen extraído de Wikipedia, para los que, como yo, sabían muy poco de él.

Su primera gran novela fue Levantado do chão (1980), un retrato fresco y vívido de las condiciones de vida de los trabajadores de Lavre, en la provincia de Alentejo. Con este libro Saramago consigue encontrar su voz propia, ese estilo inconfundible, límpido y casi poético que lo distingue. En los siguientes años, Saramago publica casi sin descanso: Memorial do convento (1982), donde cuenta las más duras condiciones de vida del pueblo llano en el oscuro mundo medieval, en épocas de guerra, hambre y supersticiones.

La novela El Evangelio según Jesucristo (1991) lo catapulta a la fama a causa de una polémica sin precedentes en Portugal , cuando el gobierno veta su presentación al Premio Literario Europeo de ese año, alegando que “ofende a los católicos”. Como acto de protesta, Saramago abandona Portugal y se instala en la isla de Lanzarote (Canarias) En 1995 publica una de sus novelas más conocidas, Ensayo sobre la ceguera novela que fue llevada al cine en el 2008. En 1997 publica su novela Todos los nombres, que gozó también de gran reconocimiento. En 1998 gana el premio Nobel de literatura, convirtiéndose en el primer escritor de lengua portuguesa en ganar este premio. Desde entonces compartió su residencia entre Lisboa y la isla canaria, participando en la vida social y cultural de ambos países cuyas estrechas relaciones justificó en una entrevista para proponer su idea utópica de creación de una Iberia unida. Ateo declarado, colaboró ocasionalmente en prensa, aportando su punto de vista, siempre agudo y comprometido. Una de sus últimas obras fue "Las intermitencias de la muerte", cuenta de un país cuyo nombre no será mencionado y se produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. De ahí en adelante, se relataran situaciones inimaginables o no, ya que nadie muere pero siguen envejeciendo.

Falleció a los 87 años, hoy, 18 de junio del 2010, en su residencia de la localidad de Tías debido a una leucemia crónica.


B.A.

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