26 de octubre de 2010

LA ESTRELLA QUE NO PODIA BRILLAR


Foto: Camila Fiorentini
 
 Había una vez una estrella, una como tantas en el firmamento, pero que a diferencia de las demás estrellas, no podía brillar. De noche cuando la Luna empezaba a invitar a todas las estrellas una a una a iluminar un pedacito de oscuridad, ella estaba allí en un rincón, tratando de entender cómo lo hacían, tratando de encender aunque fuera una pequeña lucecita, que le pudiera dar el honor de ser llamada estrella, ya que no se sentía tal. Y de día, en cambio, quedaba tan agotada en tal empresa, que se dormía inmediatamente y no recordaba nada. Se despertaba sólo con la voz de la Luna, que una a una despertaba a las estrellas, cual si fuera una madre amorosa, que despierta a sus hijos para ir a la escuela.


En todas sus observaciones profundas, la estrella que no podía brillar había notado que en ese dulce despertar ella no estaba invitada, la Luna no venía a llamarla, ni tampoco las otras estrellas, y eso la hacía sentir pequeña, invisible, le hacía sentir que no era parte de esa grande familia, donde hasta los planetas màs lejanos, estaban invitados a brillar.

Triste la estrella, cada tanto lloraba, lo hacía de noche, y lo hacía de día, sin darse cuenta que esa grande tristeza, mojaba los planetas, y hasta los llenaba de agua, creando tormentas y dejando enormes lagos y ríos de recuerdo.

La estrella que no podía brillar admiraba particularmente la luz de la Luna. Nada era para ella más hermoso ni más precioso que la luz de la Luna. La Luna era para ella una especie de Ada Protectora. Y una noche, viéndola esplender de luz blanca, la estrella que no podía brillar le preguntò tímidamente còmo hacía para brillar de luz plena.

La Luna, sonrió, después rió, y pícara le contestó:

_ No lo creeràs pero yo no poseo luz propia, me ilumino por el reflejo de la estrella más grande de la galaxia, la más potente de calor que existe.

Contenta de conocer el increíble secreto, la estrella que no podía brillar, agradeció a la Luna y comenzó a buscar la estrella más grande para poder pedirle un poco de reflejo, que la ayudara al menos a resplandecer. Se armó de coraje y una a una, empezó a preguntar a las estrellas que le parecìan más grandes, pero todas algo molestas respondían: “No soy yo, la estrella más grande de la galaxia”.

Otra vez triste, la estrella que no podía brillar, volvió llorando a la Luna, y le dijo que no lograba encontrar a la estrella más grande de la galaxia. La Luna, riendo otra vez le dijo: “Bastará buscarla de día, cuando todas las demás estrellas duermen”.

Así fue que la estrella que no podía brillar esperó despierta el alba, y pasando por un lago alcanzó a ver una luz luminosa, tan potente que era imposible mirarla. Y con los ojos cerrados por tan maravilloso reflejo, le habló de su problema, y le pidiò si podía ayudarla.

Después de un poco de silencio, sintió una risa. Pero era el lago que hablaba. Y dijo “Nunca creí que el Sol tuviera problemas de luz”.

La estrella no comprendía. Entonces su amiga la Luna, que comenzaba a asomarse, le explicó: “Eres tú la estrella màs brillante de la galaxia, eres tú que con su reflejo me hace brillar por las noches, es sólo que en las noches no se te ve, porque perteneces al día.”

_Cuéntame más. Pidió la estrella.

_Tu calor y tu luz son necesarios para la vida, los humanos te han dado el nombre de Sol, y eres algo que los hace felices solo por el hecho de estar. Dijo la Luna.

La estrella que no podía brillar, entendió que, maravillada por la luz ajena, no lograba ver su propia alma, potente y radiosa como era. Y desde ese día, ayudó a brillar a muchas pequeñas estrellas que no se animaban ni siquiera a chispear. La única que se seguía iluminando gracias a Sol era la Luna, y todavía se las puede ver juntas, en sus largas charlas, cuando en el cielo Sol y Luna comparten un momento juntas. Y en los días sin Sol, o en las noches sin Luna, lo que sucede es muy simple: la charla se ha hecho demasiado larga, y una de las dos se ha olvidado de venir a iluminar el cielo…




Publicado en "Soy un libro y  nadie me quiere" Editorial Fergutson. España

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3 comentarios:

  1. Hola, Bibiana:

    Ayer noche quise venir a leer este hermoso cuento, de puntillas, despacito; antes de dormir. Pero no sé que ocurría, me salía como si hubieras cerrado el blog... ¡me puse triste :( como tu estrella!

    Ahora, después de ver que tu blog sigue aquí y de leer tu cuento, sonrío como el sol.

    Muchos besucos.

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  2. Hola Mar!

    Lo que paso' es que cambie' la direccio'n del blog, que ahora es "escribo porquemegusta.blogspot.com, antes era con mi nombre... Gracias como siempre por tus gentiles palabras, pero dime, 1- cua'l es tu pseudonimo en Fergutson? 2- Puedo agregar tu blog a mi lista de blogs amigos?

    Saludos...

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  3. Hola, Bibiana:

    Pues sigo teniendo problemas para acceder a tu blog desde mi escritorio; tengo que teclear tu nueva dirección en el buscador cada vez que quiero venir a verte (¿?).

    Puedes añadir mi blog a tu lista, simplemente añadiendo mi URL en "AÑADIR", desde tu escritorio:
    http://marsolana.blogspot.com/

    Respecto a mi pseudónimo, si no te importa, prefiero seguir manteniendo el secretillo ;); puede que después de este certamen te lo diga en privado, o sea, si tienes una dire de correo a la que te pueda escribir.

    Un fuerte abrazo.

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