7 de agosto de 2010

HAY MADRES

Foto: Gerardo Angiulli



Hay madres como los reptiles, en particular los camaleones, que abandonan a sus hijos el mismo día de su nacimiento.

Hay madres, como las madres mamíferos, que no se separan de sus hijos hasta que los mismos no han aprendido todo lo que les servirá en la vida para sobrevivir. La elefanta permanece con su hijo diez años, las leonas sacan las uñas afuera cuando el macho dominante pretende asesinar a cada cachorro para poder acopiarse con la madre.

Hay madres en la naturaleza que se encontraran en un camino con dos posibilidades: o la propia vida o la vida de sus hijos. Es siempre el instinto por la supervivencia de la especie el que domina.

Sin duda la evolución del la relación madre-hijo es el ser humano. El humano es capaz de sentimiento y de racionalidad. Pero la variedad y la improbabilidad dominan ese lazo. Allí donde habrá madres de sangre fría que abandonaran a sus hijos el día de nacidos, o allí donde estarán aquellas que los tendrán bajo sus alas largo tiempo, o los defenderán al costo de perder la vida por ellos, o aquellas que elegirán sacrificar la propia vida y no la de los hijos, la naturaleza continuará su ciclo todo los días, sin importar las elecciones tomadas, porque sabe que todas y cada una de ellas son parte de un nuevo día.

Pero atribuirá al mamífero hembra de homo sapiens la única, rara y exclusiva capacidad de provocar dolor a sus hijos sin finalidad alguna de sobrevivencia.

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