" Erino nació de la necesidad de hablar de los complejos y de los defectos, de aquellos que se sienten diferentes al resto o que tienen la sensación de ir siempre contracorriente… Un buen día todo puede cambiar, porque la verdadera belleza está dentro de nosotros. Erino es un “patito feo” actual, moderno, pero básicamente contiene una moraleja muy afín a la fábula original de Andersen; uno de mis cuentos preferidos."
Erino seguía liso y escurridizo como un cochinillo recién nacido. Todavía no le habían salido las púas y lo normal es que asomen en un ericito a los pocos días de nacer. No parecía un erizo, era feo cual rata de cloaca.
Mamá Eriza recogía el desorden del agujero. Sus cuatro hermosos y rosaditos erizos contaban muy pocos días de vida. Iban de aquí para allá, buscando algo parecido a sus pezones para chupar con avidez, una vez más, la dulce y deliciosa lechecita tibia que tanto les gustaba. Se movían todos a la vez, formando una pelotita de pinchos. Menos Erino, que se pasaba el día boca arriba, en un rincón de la madriguera, moviendo hacia ambos lados sus vivarachos ojillos negros como los arándanos. Mamá Eriza tenía que animarle para que comiera junto a los demás, y cuando estaba dormido roncaba tanto que apenas dejaba descansar al resto. Se preocupaba mucho por él, cada día que pasaba lo encontraba más deslucido y, sobre todo,… ¡tan diferente a sus hermanos! Rezaba todas las noches para que la primera púa descollara lo antes posible de aquella piel tan deslucida y resbaladiza.
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ACERCA DE LA AUTORA...
Creo que el erizo más feo quedó bastante lindo...
ResponderEliminarjejeje... Sí, Bibiana, ahora es uno de los más bonitos del mundo :D
ResponderEliminarBesos, guapaaa...