Foto: Gerardo Angiulli |
camina por las veredas de la ciudad
me lo encuentro en una plaza,
en una esquina, en un bar
A veces me mira
o me dice cosas
A veces me ignora
o simula que no existo
De a ratos lo conozco
o acabo de conocerlo.
Cuando tengo ganas de verlo
salgo a la calle y observo.
El hombre que yo amo
está disperso por todas partes
y voy encontrando sus trozos
en distintos cuerpos andantes.
Tiene apariciones de ángel
Pero comportamientos de demonio
- tiene algo de Dios
y algo del Diablo -
me hace promesas
y nunca promete cumplirlas
A veces creo que se ha metido
de lleno en un solo cuerpo
Me hace feliz por un rato
después se aleja como un gato.
En cada hombre
encuentro partes de él,
que cambian, se transmutan,
ponen en duda mi convicción.
Nunca consigo todas sus partes
siempre algo queda afuera
para confundirme y desafiarme,
para ver si de una vez por todas
amaré lo que tengo sin quejarme.
B.A.
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